martes, 18 de febrero de 2014

Sierra de Pesquerín y Cerro Niañu


Salida y llegada: Pesquerín (370 m) (Concejo de Piloña)
Distancia:  15,2 km
Duración: 5:30 horas (sin paradas)
Altura máxima: 1074 m (en Cerro Niañu)
Subidas acumuladas: 1160 m
Dificultad: media
Fecha de realización: 26/I/2014
Mapa: De Pesquerín a Torre

En Pesquerín finaliza la carretera asfaltada que arranca en Villamayor (concejo de Piloña) desde la misma N-634. Se trata de una aldea perteneciente a la parroquia de Villamayor. Al llegar nos sorprenden sus coloridas casas. Azules, amarillos o granates destacan sobre el fondo de un paisaje siempre verde produciendonos una impresión que no nos deja indiferentes. No hay término medio, o gusta el rico y saturado cromatismo o se tacha de pastiche de mal gusto.

Casas de colores en Pesquerín.

Justo al llegar a las primeras casas, salen dos pistas hormigonadas. Una en dirección suroeste, que seguiremos, y otra hacia el oeste que lleva a la Capilla de San Antonio y al cementerio. El buen camino, hormigonado en los tramos de mayor pendiente, nos hace ganar altura y disfrutar a nuestra espalda del amplio valle del río Piloña, cerrado al norte por la Sierra del Sueve. Tuvimos suerte pues el invierno nos permitió disfrutar de un mar de nubes que inunda el valle, sobresaliendo, al otro lado, las cimas calizas de la sierra. Los verdes de los prados, los marrones de los helechos secos en esta primera parte del invierno, el mar de nubes y las crestas del Sueve nos proporcionan un placer que no parece propio de esta época del año. Desde la misma aldea vemos algunas cumbres nevadas de los Picos de Europa (Macizo Occidental). Esta visión se nos irá acrecentando a medida que subamos y será majestuosa cuando alcanzamos la cumbrera de la sierra. De momento nos vamos conformando con los prados, cabañas y cercados diseminados a ambos lados del camino. Dejamos a la izquierda la fuente-pilón de La Bobia para acometer la dura subida por el hormigón hasta alcanzar la entalladura entre los picos Foyos a la derecha y Forcos a la izquierda de esta pista recién construida sobre el antiguo camino. Se ve que se hizo hace unos años cuando el dinero fluía sin medida. Sólo así se comprende la presencia de unos sólidos quitamiedos de madera de perfecta factura y poco servicio.

Mar de nubes. Desde la Sierra de Pesquerín.

Alcanzado el collado, la pista desciende unos metros hasta la majada La Muezca situada en la ladera sur del pico Foyos y da vista al oeste. Aquí  la dejamos y tomamos un sendero que sigue la dirección sur, remontando la ladera norte de los Picos de Abla cuya cresta rocosa vemos al sur. Cuando la senda gira a la derecha, dejando a ese mismo lado unas peñas para continuar faldeando la montaña, la abandonamos y seguimos por otra casi imperceptible que continúa la dura ascensión hasta casi alcanzar la cima de los picos de Abla. Se puede acometer los pocos metros que nos separan de su cima donde hay un vértice geodésico, o rodearlos, como hicimos nosotros, hasta alcanzar una breve collada (745 m). Después, remontamos el último trato de dura ascensión hasta coronar al Pico Torre. Poco antes de alcanzar la cumbre encontramos unas peñas con tojos que rodeamos, unos fueron por la derecha y otros por la izquierda. Mucho más simple, pero más largo, habría sido seguir la senda que en suave ascensión nos habría llevado al collado que hay entre el Torre y el montículo de Cerro Diablo y retroceder hasta el pico, dando un rodeo.

Entre Cerro Diablo y Niañu

 Desde la cima vemos el resto de la Sierra de Pesquería con el cerro Trebandi en primer término y al final la cumbre del Niañu precedida por la cresta caliza que atravesaremos o rodearemos más adelante. Las vistas sobre el Macizo Occidental de los Picos de Europa, Sierra de Beza, picos Mota Cetín, Pierzu, Llambria y Sierra de Aves, domina los frentes este y sur. Al norte  las sierra del Sueve, Mofrechu, Hibeo y Cuera. Entre ellas el mar. Al oeste vemos Peñamayor y detrás el Aramo. Para llegar hasta el Cerro Diablo (Peña la Riestra), situado muy cerca al oeste, continuamos por la cima de la montaña siguiendo la configuración natural de la sierra. La fuerte bajada por terreno de pastos, invadido a tramos por la resistente cotoya, fue fácil y nos dejó en las arregladas cabañas del Cerralín (o Corralín). Aquí finaliza la pista que dejamos antes para ascender al Torre por su ladera norte. Si sólo se quiere subir a este monte lo más sencillo es llegar hasta aquí por la pista y subir esta ladera sur sin la complicación de la norteña, más salvaje.

En la cima del Diente.

Seguimos nuestra ruta por una senda que hemos visto mientras bajábamos del Torre. Al comenzar la nueva subida, la senda deja a la derecha el último prado con casa de la majada. Continuamos después por la Cuesta los Praixones transitando por un terreno con rala vegetación rastrera. Casi en la cima del cerro Trebandi, dejamos a la derecha un barranco al lado de una alambrada. Las vistas desde esta cumbre intermedia son idénticas a las descritas desde el Torre. Un corto descenso nos hace perder algo más de 100 metros dejándonos en el collado y majada de Trebandi, donde encontramos varios prados y cabañas. Aún queda por superar un duro ascenso de unos 300 metros por un terreno tomado por la vegetación de bajo porte con pocos senderos. De momento continuamos por uno que sigue el lomo de la sierra, aumentando poco a poco su pendiente para dejarnos en el collado Ovenes. Hemos subido otros 100 metros más. Vemos más arriba las peñas de lo que parece ser la cima del Niañu (realmente pertenecen al crestón de La Piedra, anterior a nuestro objetivo, que está más atrás, separadas ambas por un pequeño collado en el que hay una gran peña llamada El Diente). Hacia allí nos dirigimos frontalmente. Hubiese sido mejor rodear las peñas por la izquierda, desde el collado Ovenes, hasta situarnos a los pies de la propia cima.

Cima del Niañu.

Cuando estamos cerca de la cima del crestón rocoso, nos parece mejor comenzar a rodearla por la izquierda. Enseguida el camino se vuelve muy inclinado y peligroso y, al dar vista de nuevo al sur, comprobamos que la cumbre del Niañu está más atrás. Decidimos alcanzar la cresta rocosa y avanzar por ella. Tiene algún pequeño tramo algo aéreo pero se puede seguir. El descenso por el otro lado se hace con la ayuda de las manos agarrándose un poco al brezo. Una vez superado el crestón, nos encontramos en un breve collado en cuyo centro hay una solitaria peña (El Diente) de unos 8 ó 10 metros de altura a la que se puede subir por el lado sur. Una vez rodeada no queda más que alcanzar la cima superando unas grandes piedras con brezo y escobas entre ellas.
Picos de Europa desde el Niañu.

Desde la cima las vistas se acrecientan. A lo descrito antes, añadirmos las cimas del Recuencu, Colláu Zorro, Pileñes y algo de Peña Ten que queda casi totalmente oculta por la cercana Llambria. La Sierra de Aves nos tapa una buena parte de las vistas hacia el sur. Pero hacia el suroeste encontramos el Retriñón y el Estorbín. Las Ubiñas están al oeste.
Cerro Niañu. El Diente está a la derecha

Si en la subida a la cima desde la última colladina la hicimos siguiendo el lomo de la sierra en dirección norte-sur. Para bajar optamos por descender campo a través por la ladera este, aparentemente con menor dificultad. Sin embargo, enseguida vemos que el terreno se inclina demasiado y viramos para alcanzar de nuevo el collado del Diente, para continuar el descenso a partir de él por la ladera este. En el descenso encontramos algunos senderos de animales que nos permiten rodear las peñas de La Piedra y cruzar después la parte alta de dos barrancos para retomar el camino de ida poco antes del collado Ovenes. Seguimos la misma senda hasta descender a las cabañas del collado Trebandi. Vemos que en alguna han instalado incluso un columpio. Del collado salen dos sendas: una asciende por la ladera del monte, rodeándo la cima en la parte alta y continuando después el descenso hacia la majada de El Cerralín. Este es el sendero que debimos seguir y no el otro que, en llano, sale a su derecha con la apariencia de rodear el monte Trebandi y salir cerca de El Cerralín. Sin embargo poco a poco se va desviando hacia el hombro este de la montaña lejos de nuestro camino. Al llegar al citado hombro comprobamos nuestro error, y para retornar al camino, tuvimos que subir por el citado hombro hasta casi coronar la montaña, descendiendo después por su ladera norte hasta reencontrar el sendero bueno en un pequeño collado al norte del Trebandi. El subsiguiente descenso siguiendo el GR 105 “Ruta de las Peregrinaciones” nos deja en El Cerralín donde, como ya indiqué, finaliza la pista que viene desde Pesquerín.

La Vega en la zona de La Bobia (llegando a Pesquerín)

Continuamos por ella, casi en llano con pequeños tramos de sube-baja, hasta alcanzar en La Muezca el punto donde la dejamos por la mañana. Un corto ascenso para cruzar entre las peñas Foyos y Forcos nos da vista al valle donde se asienta Pesquerín. Al camino hormigonado afronta ahora un fuerte descenso, dejando a la izquierda el prado de la Vega en La Bobia. Nosotros lo cruzamos derecho para atajar las revueltas de la pista y llegar a la fuente de La Bobia que ahora nos queda a la derecha. Otro fuerte descenso de 150 metros en un kilómetro nos deja de vuelta en la aldea de Pesquerín.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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